LA VENTA



     Caminaba delante de mí. Paró a unos diez metros de un paso de peatones e intentó cruzar la avenida por el camino más  recto,( y también el más peligroso), que le llevaba  hacia su destino.  Enseguida y sin ninguna razón intuí  cual podía ser este.  Portaba una bolsa de plástico  y lo que parecía ser un cuadro de medianas dimensiones; no había nada especial en ella.  Sin embargo me llamó  la atención su imagen de mujer atemporal: rubia,  con media melena. Vestía una chaqueta a cuadros rojos, una falda estrecha y unos zapatos de tacón altos nada apropiados para la hora y el lugar .

No era joven, caminaba con los hombros caídos y la cabeza baja como si quisiera replegarse sobre sí misma, resignada con su porvenir.

 Me paré para observarla.

 Siguiendo el camino, que no era tal, llegó  a un pequeño terraplén,  dejó  todo en el suelo ,dudó  si cruzar, pero al final se decidió . Temí por su Integridad física ya que pasaban  muchos vehículos y había poca visibilidad.

  La vi aparecer al otro lado del bulevar, supe que no iba a la gasolinera. Entró  por la puerta de servicio de las trabajadoras del lupanar.

 Supe que era su primera vez, creí  ver que respiraba hondo y que aquel lugar era su último recurso.



M.L.Ballinote

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