TRIBUTO A MI PADRE (1- 12 -24)

Un lunes del pasado mes de noviembre, tomando un café en la plaza de Montánchez, la conversación derivó hacia el polifacético Fary y sus hombres "blandengues". En un momento dado recité los dos primeros versos de la poesía Varón, de Gabriel y Galán:

¡Me jiedin los hombris

que son medio jembras!

En el grupo había dos madrileños y me miraron con una cara que era todo un poema, no sé si porque no entendieron lo que dije o porque lo entendieron perfectamente. Total que hablamos un ratito de la poesía de Gabriel y Galán y de cómo en las escuelas extremeñas aprendíamos de memoria algunas poesías de este insigne poeta salmantino, afincado en Extremadura y que se fue, dejando solo una pequeña muestra de lo que pudo haber sido si su vida no hubiese sido truncada a tan temprana edad.

A lo largo de la conversación  recordé como yo tuve en mis manos una poesía escrita de puño y letra por mi padre y que él insistía en que era suya. Cuando mi padre me la enseñó  yo era joven y dudé  de  su autoría.  Le insistía que la había copiado de alguna parte, que se la habría dado algún conocido, no sé  cuántas cosas más  pero siempre dudando de su capacidad para componer (y eso que su madre era famosa en el pueblo, entre otras cosas, porque componía coplas que se recitaban o cantaban en las festividades del Xto y la romería).

Ahora pienso que mi padre se cansó  de intentar convencerme y lo dejó estar. Esa poesía la he guardado durante cuarenta años por lo menos. La leí tantas veces que aún recuerdo algunos versos. Quiero recuperarla  y no sé dónde la he metido. Todavía con cierto grado de desconfianza he buscado en Google esos versos que guardo en mi memoria pero no he encontrado ningún resultado.

En un intento  de reconciliarme con mi padre he imaginado los versos que faltan, nada comparable a los que él escribió pero muy en la línea de lo que expresó. Es todo lo que he podido lograr. Te pido perdón Papá. 


Paseaba  por la dehesa

que está  entre el Guijo y  Ahigal 

encontrándome en la misma

al pobre del tío Pascual

quien llorando amargamente 

su vida empezó  a contar


Me ajorquen  de un vez

me ajorquen y acabe ya

está vida perra y mala

que los dos hijos me dan.

   

Cuando mi Petra se fue

y viudo me quedé 

vienen a casa pa verme 

un día sí y otro también.

Me dan lo que necesito

me tratan a cuerpo de rey

pero lo que iba buscando

pronto lo logré  saber.


Me empezaron convenciendo

como si buscarán mi bien

"Padre, parta lo que tiene

Padre, para que lo quiere usted ya

nosotros lo trabajamos

y algo nos reportará "


Desde que partí la hacienda 

se olvidaron del que fui:

Ando a semanas y a meses

no me miran cuando van.

Y aunque tardé en darme cuenta

les tengo que recordar:

            

"Tanto tienes  tanto vales"

que dicen en el Ahigal. 

           

Releo esta poesía y me doy cuenta de lo pobre que me ha quedado, no te hago justicia con ella, para nada. Siento inmensamente haberla perdido y no haber valorado lo que un día tuve en mis manos.


       


                                                                                                                                     M.L.Ballinote



             

 



            

            

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